El tónico es un paso muy importante en nuestra rutina facial de belleza. Ha de usarse diariamente en el orden correcto si queremos aprovechar todos los beneficios que aporta a nuestra piel.
En primer lugar, he de contaros muy por encima, que nuestra piel posee un Ph aproximado del 5.5. El Ph puede oscilar entre el 0 y 14, siendo 0 el más ácido y 14 el más alcalino.
El uso de limpiadores faciales con diferentes Ph e incluso del agua (Ph7 Aprox) hace que tengamos la necesidad de volver a equilibrar la piel para devolverle su Ph por naturaleza, y ahí entra en juego la función principal del tónico. Equilibrar la piel devolviéndole el Ph adecuado o “normalizar” la piel, por así decirlo.
Con ello estamos preparando la piel para recibir los tratamientos posteriores y que éstos actúen y se absorban de la manera más efectiva posible.
Pero no sólo tiene este uso y beneficios, el tónico también nos ayuda a hidratar, calmar, reafirmar, tonificar, refrescar la piel, mejorar su elasticidad y favorecer el riego sanguíneo de la zona aplicada, gracias a los ingredientes específicos que los componen.
Según estas composiciones, podemos encontrar tónicos hidratantes, que ayudan con la producción y retención de agua en nuestra piel; calmantes, con camomila por ejemplo; refrescantes, basados en agua mineral y con ingredientes refrescantes y calmantes como pueden ser el pepino o la aloe vera; energizantes o antioxidantes, que nos aportarán luminosidad y reavivan nuestra piel.
También los hay para pieles sensibles, compuestos con agua termal e indicados para pieles secas y sensibles o despigmentantes, con vitamina C, la cual ayuda a mejorar el tono general de la piel, entre muchos otros beneficios.
Cómo y cuándo se usa el tónico
Como bien hemos explicado anteriormente, el tónico equilibra nuestra piel después del uso de jabones u exfoliantes de diferente Ph al nuestro por naturaleza, así que el paso idóneo del tónico se encuentra entre la limpieza y la aplicación de tratamientos, ya sean sérums, esencias, cremas o aceites. Claro está que se usa diariamente dos veces, en tu rutina de mañana y en la de noche.
Lo usaremos sobre un disco de algodón a ligeros toquecitos o con movimientos circulares muy suaves, otra forma sería usando directamente tus manos, presionando la piel suavemente para que el producto penetre y por último en el caso de los formatos en spray, rociaríamos directamente sobre el rostro para luego presionarlo ligeramente también con las manos.